lunes, abril 11, 2005

Un disparo de nieve, por favor

Cuando me ha llamado a media tarde para que viniera a casa a dormir con los niños (me ha preguntado primero si yo podría hacerlo) he pensado que Ella estaba preparando una escapada furtiva con quien alimenta (y quema) ahora sus deseos.

Al terminar la reunión tumultuosa en la que estaba enfrascado cuando me ha llamado, me he quedado solo en el despacho un rato intentado averiguar la naturaleza del sentimiento que me encogía el estómago. ¿Celos?, ¿sólo el coraje de sentirte utilizado sin miramiento? (las veces que algo así ha pasado las invenciones que trataban justificar su petición han sido tan ridículas que dan ganas de pedirle a gritos que, al menos, no te trate de imbécil).

Mientras venía por la M40 he recordado que ayer Ella llegó llorando a esta casa: yo acababa de dejar a los niños después del fin de semana quincenal y Ella aun no había llegado. Esperé un rato, dijo por teléfono que aun iba a tardar bastante y que me fuera después de estar un rato más con los chicos. Nos cruzamos en la calle y nos hablamos desde el coche. Lloraba desconsolada. Arbitró una excusa cuando le pregunté, rechazó cuando le ofrecí volver con Ella a casa a echar una mano. Otros coches doblaban ya la esquina y se acercaban por detrás, subió la ventanilla y siguió. Desde mi piso la llamé mas tarde y abundó en la excusa inverosímil.

O una escapada furtiva entre semana o es que le está montando un número de pena.

Las instrucciones precisas sobre lo que hay que decir si llaman al teléfono fijo, 'o mejor no cojas tú el teléfono y que contesten los chicos', no deja dudas sobre la naturaleza estratégica de esta noche fuera de casa.

Mis pensamientos de esta tarde se vuelven viejos, obsoletos, y pienso que a cada uno, los sentimientos se nos enredan en los pies, en las piernas, el estómago, la cabeza y nos controlan para su señorial dominación.

Mis celos, o el coraje, o ambas cosas que sentía esta tarde, caducan. No puedo sustituirlos con nada. Tampoco se muy bien porqué he escrito esto.